Y es casi como vomitar. Sientes como algo (glub, glub, glub) va subiendo por dentro de ti hasta llegar a tu garganta. La ira se apodera de mí, y solo siento ganas de chillar, insultar, qué mierda... de pegar y dejarle atrás.
Y es cuando yo me digo a mí misma, como otras tantas veces:
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