Confiamos en las personas esperando que nos demuestren que podemos hacerlo mil veces más. Perdonamos errores que son casi imperdonables. Nos enamoramos de las peores personas. Lastimamos a la gente más buena, y nos lastiman la gente más mala. Creemos que podemos hasta el punto máximo de confiarnos y terminamos tan mal que no volvemos a hacerlo. Intentamos solucionar conflictos metiéndonos en otros más grandes, que terminan en grandes problemas. Vivimos la vida esperando a que las cosas pasen, vivimos caminando por un camino en el que nos caemos y nos levantamos, nos descarrilamos pero nunca nos perdemos. Vivimos la vida.